14 Jun Por qué ahorrás tiempo y dinero con tu casa ordenada
LA GACETA
Brenda Haines, que brindará un Workshop en Tucumán, sostiene que es un mito que guardar es ordenar.
– ¿En qué cambia la vida el orden?
– (Suspira) Cambia la vida en todo. Por un lado trae paz espiritual. Saber que volvés, después de trabajar todo el día, a una casa ordenada no es lo mismo que volver a una casa despelotada. Te organiza, en general, por dentro. Uno tiene más claro qué le gusta, qué no le gusta. Al tener la casa ordenada dan ganas de invitar amigos. Levanta la autoestima. Permite que al abrir el placar guste lo que vemos, y eso hace que den más ganas de arreglarse. Vivimos más felices con la casa ordenada.
– ¿Cuál es la diferencia entre lo que enseñaban las madres a lo que dicen hoy las teóricas del orden?
– Era muy básico lo que nos enseñaban. Había que hacer la cama, lavar el plato que habías usado, guardar la ropa en el placar. El orden va mucho más allá de guardar. Ordenar y organizar es otra cosa. En casa de mis padres estaba todo guardado, pero con ningún criterio.
– ¿Qué es ordenar?
– Es saber quién sos hoy. Es ir quemando etapas también. Porque ir creciendo es ir desprendiéndonos de las cosas que ya no somos, que tenemos guardadas porque alguna vez fuimos. También significa poder encontrar fácilmente las cosas.
– ¿Qué se gana con tener la casa ordenada?
– Se gana más tiempo para estar con los hijos, para salir, para hacer programas y no perder el tiempo ordenando o buscando cosas. Hasta empecé a ahorrar, porque no compro de más. Siempre digo que cuando arreglamos el placar dejamos de comprar compulsivamente, porque sabemos lo que tenemos. Muchas veces la gente no sabe lo que tiene, porque nada tiene un lugar.
– ¿Por qué siempre caen las cosas en el placar? ¿Es una manera de ocultar?
– Siempre digo: ¿por qué escondemos lo que no queremos ver? “Esto no me gusta, chau, lo tiro atrás”. En lugar de esconderlo ¿por qué no lo sacamos?. También se lo lleva a la baulera o a una habitación que no usamos para no verlo. Eso es posponer y patear para adelante lo que no queremos hacer en ese momento. Nos cuesta tomar decisiones y decimos: después lo hago. Yo amo la palabra “ahora”.
– Tener la casa ordenada es más difícil cuando hay chicos…
– Hay que transmitirles el orden desde que son chicos. Cuando están acostumbrados a vivir en una casa ordenada, enseguida captan cuando hay desorden, perciben cuando algo está fuera de lugar. En una casa desordenada eso no ocurre. También los hace más independientes. Porque cuando saben dónde están las cosas tienen más autonomía: se pueden vestir solos y no andar gritando “mamá dónde está tal cosa”. Les da seguridad vivir en una casa ordenada.
– ¿Necesitás más tiempo para tener la casa ordenada?
– La gente que pone excusas sobre el tiempo es porque nunca ordenó y se dice “tengo que ponerme a ordenar mi casa”. Y eso puede llevarte mucho tiempo. Si lo hacés a diario es un hábito: te llevará el mismo tiempo tirar algo que dejarlo en su lugar.
– ¿La mudanza siempre es una buena oportunidad para soltar?
– Sí, es absolutamente real. En la mudanza uno tiene que levantar una casa y muchas veces es levantar una vida. Nos reencontramos con muchas cosas que teníamos olvidadas en los estantes de arriba. Además, de por sí, una mudanza es muy estresante. Entonces, cuanto menos tengamos que cargar, mejor será. Es un momento ideal para volver a empezar.
– ¿Cómo ves a los argentinos respecto del orden? ¿Hay una diferencia entre hombres o mujeres?
– No hay género para el orden. Por otra parte, creo que somos desordenados, pero no un desastre. Porque está impuesto ese mito de que guardar es ordenar. Un ejemplo: tenemos el living ordenado, pero el resto de la casa es un despiole. Eso no significa que nuestro hogar esté ordenado.
– ¿Cómo empiezo a ordenar.?
– Lo primero es no tener cosas en tránsito por la casa. Esas cosas que tenemos en paquetitos, bolsitas, esperando, cosas sueltas. Es de lo primero que tenemos que liberarnos. Aconsejo siempre que empiecen por el placar. Cuando tenemos eso ordenado, nos motiva a seguir, a hacer mucho más. Cuando ordenamos, lo que está desordenado desentona. Empezamos a cambiar la mirada. Otros puntos fuertes de la casa son la cocina, el lavadero y el baño.
– ¿Qué objetos serán aliados para ordenar?
– No necesitás nada, sólo ganas. No es una condición tener una caja para empezar a ordenar. Una vez que ordenamos, que descartamos y el placar comienza a cambiar, ahí nos dan ganas de verlo más prolijo. empezás a ver que podrías unificar las perchas, por ejemplo. De todas formas, sirven canastos, contenedores, divisores de cajones, todo lo que nos ayude a ordenar y catalogar.
– ¿Por qué cuesta desprenderse de algunos objetos o prendas?
– Somos muy sentimentales y nos aferramos al pasado y al futuro, momentos que no podemos controlar. Nos olvidamos del presente.
– Una vez que se surca el camino del orden ¿se puede volver al desorden?
– Cuando algo nos lleva esfuerzo y trabajo, lo cuidamos más. Pero es un hábito. Es lo mismo que empezar a hacer régimen o ir al gimnasio. Podés dejarlo también.