Brenda Haines

Estoy un poco loca. Siempre fui una fanática del orden y la limpieza, tengo una obsesión con no dejar nada para el día siguiente, todo debe hacerse inmediatamente, lo único que dejo para el otro día son los análisis de sangre, porque necesito 8 hs de ayuno.

 

En mi casa, siempre estoy buscando que más puedo ordenar, tirar o arreglar. Tengo un marido (desordenado) y tres hijos varones, esto potenció más aún mi locura, ya que estoy siguiéndolos por la casa, juntando y acomodando todo lo que a su paso desordenan. Mi marido me dice -¿podes dejar de seguirme? O ¿y lo que apoyé recién acá? Ya lo guardé.

 

Cada vez que entro a mi casa recorro ambiente por ambiente para ver que todo esté impecable, perfecto, no puede haber nada fuera de su lugar, tipo policía. Sí, estoy obsesionada.

 

Veo “la miga en el piso” y no la tolero. Así como no tolero una bombita quemada o unos dedos marcados en la pared. ¿Por qué la gente toca las paredes? ¿Hace falta tocar la pared? ¿No es suficiente la tecla de luz?

 

Si algo puede verse bien, ¿Por qué tiene que estar “así nomás”? Si lo vas a hacer así nomás: no lo hagas. “Así nomás” me da bajón, me da desidia, significa que te da lo mismo, y a mí nada me da lo mismo.

 

Sí, estoy loca. Si tengo invitados y se van a las 5am, hasta que no está todo inmaculadamente limpio, lavado y ordenado, no me voy a dormir. ¡¡¿¿Cómo me voy a dormir con la casa desordenada!!?? No podría conciliar el sueño jamás.

 

Las cosas torcidas, asimétricas, manchadas, desordenadas, o que no funcionan, me hacen mal.

 

Todos tenemos alguna obsesión, la mía es el orden y la limpieza, sin contar la puntualidad. Sí, frickeé mal, es que con los años todo se potencia, y a mí se me dio por acá.

 

Mi día arranca a las 7am, desde llevar a mis hijos al colegio, trabajar, ir al súper, a la pelu, a la cosmetóloga, psicóloga, pagar las cuentas, pelearme con algún proveedor, hasta buscar a los chicos, llevarlos a cada uno a las 800 actividades que tienen, ver qué se cena, mirar cuadernos, pedir que porrrr favorrrr ¡¡ busquen la campera que se olvido!!! Recibir a mi marido, divina por supuesto, e imagínense todo lo demás, así y todo, se puede tener, “La casa perfecta”.